#6

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Me sentía como un vástago de un verdugo, era delgado, de piel transparente y manos delgadas con ojos serenos como si hubiesen vivido muchas aventuras lejos de aquí. Así seguí caminando cuando cruce el umbral me encontraba frente a el, enfrentando mis miedos no podía seguir detrás de tantos fantasmas que me hacían despertar con fiebre y por el día no lograba tener apetito, lo mire directamente a lo ojos, me acerque lentamente pero con paso firme y lo golpie tan fuerte como pude. no dije nada y salí por la puerta, aliviado de librarme de tan infame desgracia..