#3

lunes, 18 de agosto de 2008

Una vez más, me subía a la micro para llegar apurado al trabajo, la soledad se hacia presente entre tanta gente con caras tristes, aburridos de la vida quizás.
entre tanta frialdad se subió una hermosa mujer, la mire y de pronto me vi feliz, sin preocupaciones, volvía a vivir. hasta que llego mi paradero todo terminaba aquí.
Nuevamente era malhumorado y triste.